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Es uno de los mitos más sombríos del Norte. Se trata de una criatura mitológica o espíritu devorador de hombres representado como un perro negro con ojos rojizos y cadenas que vivía junto a su amo en los ingenios azucareros de las provincias de Tucumán y Jujuy.
Este perro, que solía representarse como la encarnación misma del Diablo, atacaba una noche al año al obrero o peón más rebelde o subversivo de la fábrica y, si atacaba a más de uno, se decía que el Familiar estaba hambriento.
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"Soy un superviviente
del peor y más oscuro de los males, de uno con un nombre demasiado conocido, demasiado familiar"
Relato ficcional de una experiencia
en primera persona.
​
Usar auriculares para una mejor experiencia.
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